El queso emmental puede ser delicioso, pero habrá ocasiones en las que necesites buscar un sustituto para salvar tu receta o tu cintura. Ya sea porque acaba de usar su último gajo en el picnic familiar o porque necesita queso con algunos beneficios más para la salud, puede ser muy útil saber qué quesos puede agregar para terminar un plato.
Los sustitutos más comunes del queso emmental son el gruyere, el francés Comte, el jarlsburg, el cheddar y el gouda.
¿Qué es el Queso Emmental?
El queso Emmental también se puede llamar Emmentaler, Emmenthal o queso suizo. Es un queso amarillo de dureza media. Lleva el nombre de Emmental, que es el valle de un río cerca de la ciudad de Berna.
Fue creado por primera vez alrededor de 1292 en esa misma área, por lo que su nombre tiene vínculos tan fuertes con la ubicación. Si bien puede sonar como un queso exótico, todavía se elabora con leche de vaca. Se necesitan unos 12 litros de leche para hacer un kilo de queso.
Cuando la corteza se mantiene limpia, el queso se cura desde el interior utilizando bacterias de ácido propiónico, que producen dióxido de carbono. Esto es lo que produce los grandes agujeros que ves en el queso Emmental. El queso tarda unos seis meses en madurar por completo. Cuando está completamente maduro, el interior es de color amarillo claro uniforme con agujeros de diferentes tamaños.
Tiene un sabor dulce, ligeramente a nuez y una textura firme y sedosa. Si busca ideas para emplatar, siempre puede considerar servirlo en un plato de queso con una ración de su fruta y nueces favoritas, o incluso puede colocarlo en sándwiches para una experiencia aún menos intensa.
5 sustitutos de queso emmental recomendados
Gruyere como sustituto del queso emmental
Gruyere es el mejor sustituto del queso Emmental porque pertenece a la misma familia que el queso suizo. Gruyere tiene un sabor terroso a nuez y termina con un toque afrutado. Lleva el nombre de la ciudad de Gruyeres en Suiza. Por lo general, se envejece durante seis meses o más y se elabora con leche entera de vaca.
Sin embargo, es un poco más salado que Emmental. Su cuerpo es denso al principio y luego se vuelve escamoso y de sabor terroso cuando envejece y tiene una corteza dura que lo cubre. Solo tiene unos pocos ojos pequeños.
Puedes poner queso gruyere en ensaladas, mezclarlo con pasta, ponerlo en sándwiches, en sopas y quiches cuando la receta pida Emmental. Va muy bien con jamón y pollo. También es excelente en quiches y gratinados, así como en fondues y salsas.
Tiene 95 mg de sodio, lo que representa el cuatro por ciento de la ingesta diaria recomendada y ayuda a su cuerpo a estabilizar la presión arterial. También puede beneficiarse de las vitaminas que contiene: vitaminas A, B12, B6 y K, tiamina, ácido pantoténico y ácido fólico.
Si está usando Gruyere como sustituto del queso Emmental, use la misma cantidad de Gruyere que usaría de Emmental en la receta. Es un poco menos aromático, pero tiene muchos sabores y se derrite fácilmente.
conde francés
Como su nombre indica, el queso Comte francés procede de Francia, concretamente de la campiña del Macizo del Jura. Los aldeanos lo hicieron por primera vez en el siglo XII y, desde entonces, ha sido un tesoro en esa región. Está hecho de leche cruda de vaca y tarda de 4 meses a 2 años en madurar.
Es similar al queso Emmental debido a su firmeza, fuente de leche y capacidad para derretirse. Hay dos tipos diferentes de queso Comte: comte de verano y comte de invierno. Las diferencias tienen que ver con lo que comen las vacas durante esos meses.
Durante el verano se alimentan de hierbas y flores silvestres, y de heno elaborado con los mismos pastos durante los meses de invierno. El comte de verano sabe más terroso y tiene un color más dorado, mientras que el comte de invierno es más suave y lechoso.
Puede poner queso Comte en ensaladas, sándwiches y platos de huevo. También se combina a menudo con Gruyere y Emmental para hacer fondue. También va bien en tortillas, sándwiches de queso a la parrilla y macarrones con queso.
Las variedades más duras de French Comte funcionan bien para rallar verduras y guisos. También es un gran queso para picar, por lo que va bien en casi cualquier plato de queso.
Tiene un alto contenido de proteínas y varios aminoácidos, por lo que, cuando se toma con moderación, puede ser una gran adición a su dieta. Curiosamente, proporciona todos los aminoácidos esenciales que no podemos producir específicamente nosotros mismos. Son importantes para la curación de los tejidos del cuerpo, la construcción de células y el funcionamiento adecuado de nuestro sistema inmunológico.
Jarlsberg
Jarlsberg a menudo se confunde con queso suizo, pero es un producto completamente diferente. Es más dulce y fuerte que el queso emmental. Este queso se parece al queso emmental porque forma agujeros y tiene la misma consistencia y textura.
Es un nuevo miembro de la familia de los quesos. Nació en la década de 1950. Originario de Jarlsberg, Noruega, fue creado por Anders Larsen Bakke.
Jarlsberg se parece a Emmental por sus “ojos” del tamaño de una cereza, de ahí el nombre de “bebé suizo”. Debajo de la corteza de este queso, encontrará un interior amarillo semifirme que sabe a mantequilla y tiene una textura rica y un sabor suave a nuez.
Puede usar estos quesos indistintamente en sándwiches, fondues, pizzas, hamburguesas y especialmente en platos calientes. Lo mejor es que Jarlsberg es un queso todoterreno por su sabor suave y textura blanda. Comerlo crudo como refrigerio también es genial.
El queso Jarlsberg es una buena opción porque tiene un contenido de grasa más bajo que el queso normal. Solo una onza satisface el 15% de la ingesta diaria recomendada de calcio, por lo que apoya la salud de sus huesos.
Queso cheddar
Este artículo no estaría completo a menos que mencionemos el queso cheddar. El queso cheddar tiene una historia interesante. Hace mucho tiempo, en un pueblo inglés llamado Cheddar, un granjero se olvidó de recoger un cubo de leche en una cueva. Cuando regresó a la cueva, se había convertido en un bloque de queso con un hermoso color dorado como el que se ve hoy en día en el queso cheddar.
En el pasado, Inglaterra era el único lugar donde la gente podía hacer queso y llamarlo queso cheddar porque no estaba protegido como otros nombres o marcas de queso. Ahora es el queso más producido y consumido en el mundo.
Tiene una textura ligeramente desmenuzable si se cura adecuadamente. Si es demasiado joven, la textura es suave. El sabor se agudiza a medida que envejece entre 9 y 24 meses. El color puede variar de blanco a amarillo pálido.
Es similar al Emmental porque el queso cheddar tiene un sabor fuerte y mantecoso y una textura cremosa. No tiene ojos grandes como los del Emmental, pero sigue siendo bueno en ensaladas y platos horneados. Su precioso color añade una bonita estética a cualquier plato.
Cheddar tiene muchos nutrientes; tiene vitaminas K, A, B2 y D, y los minerales calcio, zinc y potasio. Este superalimento no solo te aporta muchas proteínas y calorías, sino que también hace maravillas con tus huesos.
Gouda
Otro buen sustituto del emmental es el gouda, que ha contribuido mucho a la cultura culinaria mundial desde el siglo XII. Recibió su nombre de la ciudad de Gouda en los Países Bajos, que es donde se fabricó por primera vez.
Tiene una nota cremosa, a nuez y dulce, que se entrega perfectamente con una textura suave. Es de color marfil pálido y tiene un sabor suave y cremoso, a excepción del Gouda envejecido, que tiene un color dorado más oscuro, sabe más fuerte y salado y tiene una textura más dura. También puede encontrar versiones bajas en grasa de Gouda.
Gouda es ampliamente imitado en otros países productores de queso: el verdadero Gouda tiene estampado “Holanda” en la corteza. Si se hace en una granja en lugar de en una fábrica, tiene impresa la palabra “Boerenkaas”, que significa “queso de granjero”.
Puede agregarlo a sándwiches, sopas, fondues y ensaladas como el queso Emmental. Funciona bien con uvas, vino y bebidas más fuertes debido a su tono dulce.
Una onza de queso Gouda te aporta siete gramos de proteína, que aporta energía y ayuda a reparar tejidos y células. El calcio en Gouda previene la formación de coágulos de sangre, ayuda a la contracción de los músculos y estabiliza la presión arterial.
